Una de las preguntas más frecuentes de nuestros clientes es si se puede mojar el oro. La respuesta es sencilla: sí, puedes bañarte, ducharte o nadar con tus pendientes de aros de oro de 18 quilates. El oro es un metal noble y muy estable, pensado para acompañarte a diario sin perder su color.
1. El oro de 18 kt resiste el agua, el cloro y la sal
El oro de 18 quilates no se altera con el agua del mar, la piscina o la ducha. No se pone negro ni se pela, y mantiene su tono amarillo natural incluso con el paso del tiempo. A diferencia de las joyas bañadas, el oro no tiene una capa superficial que pueda desgastarse: su color es propio del metal.
Un detalle técnico importante
El oro de 18 kt está compuesto por un 75% de oro puro y un 25% de otros metales (como cobre o plata). Esa aleación puede oxidarse ligeramente con los años, sobre todo si hay humedad o cosméticos, pero no cambia de color de forma apreciable. Con una limpieza ocasional, recupera su brillo sin perder su tono original.
2. Joyas hechas para vivir contigo
Los pendientes de aro de oro están diseñados para llevarse con total tranquilidad. Puedes usarlos mientras te duchas, haces deporte o disfrutas del verano en la playa. Su estructura y cierre seguro permiten un uso diario sin deterioro ni riesgo de pérdida.
Consejo profesional:
Si notas que tus aros han acumulado jabón o cremas, límpialos con agua tibia y unas gotas de jabón neutro. Sécalos con una gamuza o paño suave: en segundos volverán a tener el brillo original.
3. Diferencia entre el oro y baño dorado
Las piezas bañadas o chapadas solo tienen una fina capa de color dorado. Con el tiempo y el roce, esa capa desaparece, dejando ver el metal base. El oro de 18 kt, en cambio, mantiene su color y brillo año tras año, sin importar el uso ni la exposición al agua.
Conclusión
Si tus pendientes son de oro auténtico de 18 kt, puedes bañarte con ellos sin miedo. El oro no se estropea con el agua ni pierde su tono, y solo necesitará una limpieza suave de vez en cuando para seguir luciendo como nuevo. Por eso, los aros de oro son la opción perfecta para llevar siempre puestos: elegantes, cómodos y duraderos.
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